Libro del Génesis.

 La Creacion en el Libro de Genesis
Genesis y la Creacion
Aunque el pueblo de Israel centró su interés en la relación con Dios y relegó a un segundo plano la cosmogonía y los mitos de los orígenes, en los capítulos iniciales del Génesis (primer libro del Pentateuco y de toda la Biblia) se describen diversos acontecimientos fabulosos que reproducen tradiciones orales muy arcaicas.


El Génesis arranca con el célebre pasaje "En el principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra, empero, estaba informe y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo: y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas".

La ordenación del caos se llevó a término mediante la palabra divina ("Dijo, pues, Dios: Sea la luz. Y la luz fue") y durante seis días se fueron sucediendo distintas etapas de la creación.

Después, Dios completó su obra formando al primer hombre (Adán) con "lodo de la tierra" e insuflándole "en el rostro un soplo o espíritu de vida". Como "no es bueno que el hombre esté solo", le hizo caer en un profundo sueño y, quitándole una de sus costillas, formó a Eva, que se convirtió en su esposa.

Ambos habitaron en el Paraíso terrenal, situado en el centro del mundo y donde brotaba un río que se dividía en cuatro brazos que llevaban a cada una de las regiones terrestres. En medio del edénico jardín se elevaba el árbol de la vida y del conocimiento del bien y del mal (del cual Dios ha prohibido que tomen frutos). Eva, tentada por una serpiente, desobedeció, porque estaba convencida de que si probaba la fruta del árbol adquiriría conocimiento, es decir, sería como Dios. Como en el Gilgamesh, se trata de un fracaso iniciático, ya que en ambos casos el objetivo es igualar a los seres divinos por su calidad de inmortales o por su sabiduría.

Adán acompañó a Eva en su desafío y ambos fueron expulsados del "lugar de delicias". Habían cometido el primer pecado: a partir de ese momento estarían condenados a trabajar para vivir. Este primer acto de rebeldía transforma la condición humana y se convierte en el origen de todos los males que afligen a los hombres. Eva engendró a Caín y Abel, autor y víctima del primer homicidio. El crimen cometido por Caín le arrastró a vagar incesantemente por el mundo, donde construyó ciudades en las que reinó el mal... hasta que Dios enmendó la situación con el diluvio universal.

Así, el diluvio se convierte en un medio de purificación y al mismo tiempo en una catástrofe necesaria para hacer una tabula rasa moral. Estos dos conceptos son comunes a los mitos de otras culturas.

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